La tragedia de mayo (Infantil)

Una calurosa mañana de Mayo, en un club náutico, situado en un pueblo Español llamado Sitges, muchos vivieron una historia inesperada e increíble.

Se acercaba el verano, por lo que cada vez había más turistas. El club estaba lleno de gente que iba a surfear, a navegar o simplemente a tomar el sol. Pero lo que es seguro es que nadie estaba allí para encontrarse con la mayor sorpresa de la historia.

Mientras todo el mundo estaba disfrutando de su vida tranquilamente la marea empezó a subir de forma extraña; los primeros en darse cuenta fueron el personal del club, ya que ellos tienen mucha experiencia marítima. Al principio decidieron no alertar a la gente porque no era peligroso, pero la gente empezó a salir por su cuenta al advertir que la marea ya había subido dos metros. El personal del club llamó a la policía y a los bomberos cuando todo el mundo estaba a salvo. Allí estaban la policía, los bomberos, los noticiarios y muchos expertos. La gente que vivía delante lo miraba desde sus terrazas ya que no podían ir porque estaba prohibido.

Pocas horas después los satélites de la Nasa detectaron agua muy cerca en la misma localización donde estaba subiendo brutalmente la marea. La Nasa avisó a las personas del club preguntando si era una especie de actividad suya pero ellos no tenían ni la más remota idea de lo que estaba pasando; no era un tsunami o una inundación normal. Era un tubo de agua que no se detenía nunca.

Al cabo de dos días todas las noticiarios del mundo empezaron a informar que las costas se estaban quedando sin agua en el mar. Esto provocó la suspensión de cualquier trabajo relacionado con el mar, y lo que empezó siendo una marea alta en una playa acabó siendo la mayor catástrofe de todos los tiempos.

Dos meses después, al ver que el agua subía infinitamente, decidieron convertir la catástrofe en la mayor atracción turística que haya existido, ya que vieron que las demás playas si tenían agua. Obviamente todo vigilado por los satélites de la Nasa.

Una vez más se demuestra que la humanidad puede convertir un gran desastre en una nueva oportunidad.

Martina Monclús